Proyecto Final de Carrera: Vuelvan Caras
Universidad Monteávila, 2020
Nota obtenida: 20 puntos
Intervención en espacios públicos de la ciudad a través de la exposición fotográfica de reses venezolanas.
redescubrir
el llano venezolano.
plantear
una nueva mirada.
Con este proyecto se busca hacer una oda al Llano venezolano, enseñando a través de fotografías post-producidas de caras de ganado vacuno y bufalino, la historia que guardan éstas con nuestro Llano, específicamente la historia de las unidades de producción aliadas al proyecto y propietarias de las reses.
Tanto el ganado vacuno como el bufalino presentan “diferentes caras”, que la mayoría de las personas no consigue diferenciar, sin embargo, al observarlos con atención, nos podemos dar cuenta como cada res tiene rasgos característicos únicos e irrepetibles. Para la mayoría, una vaca es lo mismo que una búfala o viceversa y muchos no reconocen a simple vista la diferencia entre una vaca y un toro, mientras que otros no ven más allá para identificar las características que hacen único a cada animal.
Fenotípicamente, aunque provengan de la misma raza, ningún animal se parece a otro, es por ello que nos hemos propuesto dignificarlos, para así apreciar a través de la imagen, la riqueza visual en diversidad de caras que ofrecen. Se plantea darle una nueva mirada a estas caras de ganado, más acuciosa, para así ayudar a cambiar la percepción que se tiene sobre el Llano venezolano.
La ciudad se va a convertir en el canvas que permitirá plasmar estas fotografías, ya que este constituye un espacio creativo que alberga y donde se desarrollan las diferentes ideas de los hombres, su cultura y expresiones. Con este proyecto se quiere alcanzar una trascendencia con unas imágenes que verdaderamente inspiren sentido de pertenencia en la sociedad, especialmente en tiempos donde conseguimos sobreexposición de imágenes, lo que Joan Fontcuberta (2015), artista conceptual y fotógrafo, llama como “polución visual”.
Para crear el impacto deseado, se utilizó el movimiento de arte urbano llamado “arte de guerrilla” colocando impresiones en papel bond utilizando la técnica de empastado conocida como wheatpaste, en los diferentes espacios públicos a intervenir en la ciudad de Caracas.
Actualmente en Venezuela existe una generación de relevo trabajando arduamente en el sector agropecuario. A pesar de las circunstancias en la que nos encontramos como país, estas familias siguen apostando y reconociendo las bondades que nos ofrecen nuestros campos. De aquí parte también el interés por contar la historia detrás de estas unidades de producción. Con “Vuelvan Caras” se busca invitar a que las personas que habitan en la ciudad se enamoren de las caras del ganado, visiten el Llano y redescubran las oportunidades tanto productivas, laborales como turísticas que ofrecen; con este proyecto se persigue conseguir un regreso por parte de la sociedad a nuestros campos. Como dicen Otto G. Gómez P. y Juan V. Carrillo-Batalla Mattar (2019) en su libro “Reliquias vivientes del Llano venezolano”: “Lo verdaderamente curioso es que el Llano significa mucho para todos los nacidos en Venezuela pero, a la vez, muy poco” (p.21).
Para poder desarrollar estos temas con el criterio apropiado, fue necesario obtener aportes de personas conocedoras y expertas en el área como: ganaderos, historiadores, escritores, fotógrafos y músicos y así obtener conocimientos, referencias, datos, información histórica y percepciones que aportaran peso a nuestros planteamientos sobre la cultura del Llano venezolano.
www.vuelvancaras.com
@emilieconcepts
Cada fotografía guarda una historia, que se revela al escanear el código QR y te redirige a la página web: www.vuelvancaracas.com
Conclusiones:
A lo largo del desarrollo de este Proyecto Final de Carrera “Vuelvan Caras”, se pudieron notar los diferentes roles que juega la fotografía, así como su poder comunicacional. En este caso, el uso de fotografías de caras de ganado venezolano expuestas por medio del método “arte de guerrilla” en las calles de la ciudad de Caracas, logran llamar la atención de los transeúntes por el impacto visual que causan. Se puede rescatar que la guerrilla comunicacional es más eficiente como método de la masificación, refiriéndose al empastado de las treinta (30) fotografías tamaño póster.
Al tratarse de “gigantografías” fue muy difícil limitarse al método “arte de guerrilla”, debido al trabajo de producción asociado a éstas, que lo convertía en una metodología muy riesgosa para el equipo de trabajo. Es por esto, que se acudió a iniciativas privadas como Alimenta La Solidaridad y Trazando Espacios, quienes se vieron interesados en apoyar el proyecto, brindando espacios de intervención en diferentes comunidades del país.
El objetivo de este proyecto final de carrera es sensibilizar a las personas que habitan en la ciudad, con la historia ganadera de nuestro Llano venezolano, invitando a que se redescubra su cultura y se conozcan las oportunidades tanto productivas, laborales como turísticas que ofrece. Sin embargo, se pudo notar la falta de conocimiento que se tiene en general sobre esta región de nuestro país; se puede decir que hay un trabajo educativo importante que realizar para mitigar este desconocimiento en todos los estratos sociales.
Surgió la oportunidad de intervenir un espacio público fuera del Área Metropolitana de Caracas, en la Isla Gran Roque del Archipiélago Los Roques, con una “gigantografía” tamaño 250 x 180 centímetros. De esto se puede inferir que, si se puede contar con aliados estratégicos, mejor aprovecharlos. A partir de este suceso se hizo una aproximación a la Alcaldía del Municipio El Hatillo para solicitar permiso de intervenir en uno de sus espacios el cual fue negado, dejando en evidencia que no todas las alcaldías están abiertas a colaborar con proyectos artísticos que promuevan la cultura de nuestro país. Lo anterior reafirma que el “arte de guerrilla” es el método más eficaz para realizar este tipo de proyectos.
Luego de realizar el trabajo de intervención, se pudo notar dos tipos de comportamientos en el público: un público altamente receptivo y agradecido por la exposición del proyecto y un público totalmente opuesto que rechazó la propuesta, llevándolos a arrancar una gran cantidad de pósteres de las paredes.
Se empastaron treinta (30) pósteres de los cuales arrancaron doce (12), por lo tanto se puede decir que el arte urbano es efímero y es un mundo muy amplio del que la mayoría desconoce; se hicieron investigaciones de quien pudo haber arrancado el trabajo y se tienen pruebas de que las bandas de “grafiteros” de la ciudad están involucradas con el acontecimiento, ya que a través de su arte ellos marcan territorio y si entras en él, es motivo de disputa. Por lo tanto no se debe trabajar cerca de espacios con murales, grafitis o mensajes políticos aunque parezcan estar en mal estado ya que los artistas poseen un sentimiento de propiedad sobre estos espacios.
A medida que “Vuelvan Caras” evolucionaba se decidió utilizar las redes sociales, específicamente Instagram para promocionar el proyecto, publicando fotos del resultado final, extractos de las historias y datos curiosos del Llano venezolano a través del usuario @emilieconcepts. Esto resultó en un crecimiento orgánico de ciento ochenta y cinco (185) nuevos seguidores y según las estadísticas de la red social, diez mil (10.000) visualizaciones (número aproximado) por semana desde el pasado mes de febrero.
Aunque medir el impacto del proyecto no es parte de la propuesta se puede observar un gran interés por las historias de “Vuelvan Caras” gracias a las estadísticas de visita a la plataforma utilizada para crear la página Web. Las métricas muestran cuatrocientas cuarenta (440) visitas directas a lo largo de las últimas cuatro semanas, ciento diez (110) entradas a través de los códigos QR y cincuenta (50) formularios enviados.
La utilización de los diferentes medios audiovisuales y digitales, como la fotografía, las plataformas web y las redes sociales, son absolutamente necesarios en esta época moderna para la exposición de proyectos como “Vuelvan Caras”. Hoy en día la penetración de estos medios es tal que se encuentran al alcance de todos y en todo momento, a través de los teléfonos inteligentes que se han convertido en una herramienta indispensable.
Podemos concluir, que el poder comunicacional del mensaje de “Vuelvan Caras” tuvo el impacto deseado, las personas fueron atraídas por la belleza visual que nos brinda el ganado venezolano, a su vez logrando como era deseado, que interactuaran con la página Web, donde se logró medir el impacto del proyecto. Esto se obtuvo gracias a las herramientas aprendidas a lo largo de los cinco años de carrera de Comunicación Social en la Universidad Monteávila.
